viernes, 25 de septiembre de 2015

La danza de la Tierra

Anoche tuve un sueño

hermoso, muy hermoso

y creo que aún no estoy despierto.

La Tierra flotaba

en medio del universo

muy quieta, sola

como una viuda azul y alegre

en una sala oscura, iluminada

por la luz de las estrellas.

Ella alzaba los brazos,

agitaba sus redondeces,

su rostro tenía algo de antiguo,

algo de nuevo,

su rostro tenía todos los rostros,

los ojos eran ora ovalados, ora orientales,

los pómulos ora altos, ora carnosos,

la piel ora blanca, ora oscura,

el pelo ora de fuego, ora de viento amarillo.

La bella seguía suspendida

en el profundo vacío,

como una geisha de roca

su abanico verde mostraba

y pude ver todos los pueblos

y pude ver todas las razas,

el Gran Cañón del Colorado

y la cima del Himalaya.

Pude ver su cintura encinta

de toda la vida subterránea,

la cúpula celeste, los continentes,

las selvas y las grandes aguas

saladas o dulces, circundantes o estancadas

Y entonces yo, en el fondo del salón,  preguntéle:

"¿Por qué estás siempre feliz?

¿Por qué estás siempre preñada?

¿Si tu soledad es tan inmensa

como la sala en la que bailas?

¿Si sólo la Luna,  tu dama de honor,

te acompaña?

¿Si eres tan viuda como el dolor

que al verte me embarga?"

Y, dándose la vuelta, muy lentamente, respondióme:

"Soy feliz porque el Creador así me hizo

y no puedo ser de otra manera

ni serlo quiero.

Ésa es mi naturaleza.

Destrucción y creación,

nacimiento y muerte

eternos ciclos son.

La humana existencia

una vana apariencia,

un punto en el Tiempo.

Yo soy algo más longeva.

El Creador me eligió

como casa de los hombres

desde la cuna hasta la tumba.

En mí crecen plantas y animales

para compañía y alimento

del bípedo implume

racionalmente desconcertado

a base de preguntas.

Disfruta el presente,

pues es lo único que tienes.

Cuando te vayas,

no te llevarás nada contigo.

Quería sacarte de otro error

a que te conduce

tu prosaica filosofía.

Si miras hacia el Sol

Verás a mi marido.

¡Pero ten cuidado!

Hazlo en la buena dirección.

Siempre hacia abajo:

hacia todo lo que te rodea

e incluso hacia ti mismo.

Él es el padre progenitor

a quien todo debo,

y por eso danzo en su honor.

Cuatro ocasiones hay

en que se juntan su fuego y mi fuego:

las estaciones.

Y cierto que es un amante apasionado..."

Con esto dio por terminada su réplica

y en el mismo tono y con él mismo tempo

siguió bailando.

Yo, ingrávido,  fuime alejando

del salón hasta que la Tierra

quedó convertida en un pequeño

grano de polvo estelar.

¡Era verdad, verdad era!

El Sol la acariciaba mientras bailaba.


jueves, 17 de septiembre de 2015

Poema de la soledad

Soledad es soñar con la voz amada

y no recordarla al despertar.

Soledad es caminar entre la muchedumbre,

con la mansedumbre de estar muerto.

Soledad es gritar en el desierto,  a pulmón

abierto, y desesperar.

Soledad es el buzón vacío,  el labio sellado,

el rostro cara al viento, el frío...

Soledad eres tú,  y soy yo,

y este mundo infinito que gira

y gira alrededor, mientras me miras sin verme.

Soledad es mi sombra o tu nombre,

o tal vez sea haber olvidado a dios...

Ten piedad,  soledad,

márchate, déjame sola,

aléjate de mi, por favor.